Proyecto Guión original: Cielo Blanco

TALLER DE ESCRITURA CINEMATOGRÁFICA

Orientado a los interesados en el relato audiovisual (estudiantes, escritores aficionados y todos quienes deseen aprender el oficio de la escritura cinematográfica).

Módulos a trabajar:
- Teoría general sobre guión cinematográfico.
- Construcción del personaje
- Estructura de personajes.
- Análisis de obras audiovisuales.
- El diálogo.
- Escribir en formato de guión.

Trabajo final:
Escritura de un guión literario de cortometraje original.

Opcionalmente, en una segunda etapa, los alumnos podrán continuar con la escritura del guión literario de un largometraje original bajo una guía personalizada.


domingo, 14 de octubre de 2007

TALLER DE ESCRITURA CINEMATOGRÁFICA... En defensa del Guión


En defensa del Guión...


…y otras disputas cruentas elementales…



…Mucho se podrá argumentar en favor o en contra de la multiplicidad de caracteres de las personas en un equipo cinematográfico en general y si ello es bueno o no para el desarrollo del trabajo, pero una cosa que subyace a la orientación de tal trabajo es… el guión, pieza que sin su presencia se puede precipitar a un equipo completo al caos, pero no a cualquiera, al caos vacío, del que no se pueden extraer ideas, recursos o aportes, sino confusión y egocentrismo narcisista de realizadores (no sólo directores) “autosuficientes” y otros componentes del equipo con esa falsa conciencia de creer que sólo en su talento intuitivo está esa iluminación creativa, una suerte de platonismo recién encontrado.

Por Jaime Villanueva, RG




El guión es el fundamento de la obra cinematográfica. Es decir, la propuesta estética, artística e intelectual que lleva el film, lo que no quiere decir que sea lo único; sabida es la importancia de diversos elementos como actuación, iluminación, fotografía, escenografía, etc. Que actúan en una correlación dinámica.


Con el tiempo se ha venido mostrando que la mejor manera de desarrollar un proyecto cinematográfico, es teniendo claridad, no sólo en las ideas que se quieren expresar, sino, derechamente en el guión, cualquiera sea el tratamiento o estilo que se le de. Teniendo esto es posible comenzar la gran labor de la realización. En tal sentido el trabajo en equipo es lo que ha de prevalecer, pero siempre asumiendo que el equipo no sólo confía en las personas que lo componen, sino que además confían y han optado seguir un guión.


Esta forma de trabajar resulta ciertamente excluyente de otras opciones más individualistas, donde los egos creativos de poeta maldito[1] se pierden agónicamente en la relación con el trabajo de cine, salvo que tal o cual equipo le concedan los vaivenes creativos (y de “planificación”) a un director, realizador o creador.

El cine es un trabajo disciplinado y constante, donde esta manera de trabajar (en equipo), con discusiones de mesa y planificaciones, lejos de ser una fórmula es una manera de hacer prevalecer la creación cinematográfica de la forma más óptima.


La creación cinematográfica en general y el guión en particular, tienen un desarrollo independiente, es decir poseen un orden que les es propio en cuanto género o soporte, por lo tanto no son homologables –simplemente- a la poética o a la novelística, es más, incluso se llegan a separar del teatro, pese a compartir varios elementos formales con estas formas de expresión y que finalmente son formas de escritura.


Pero evidentemente no basta con decir que la cinematografía posee un orden interno, sino que es relevante y necesario establecer en que consiste ello, las estructuras y las consecuencias prácticas que ello implica y en los términos que esto se da.


En el caso del cine, el guión sostiene una historia de más o menos dos horas en la que el relato puede tener diferentes formas de ser enfrentado y desarrollado, pero lo que sí es claro, es que el guión de la película es generalmente una obra de carácter auto concluyente, es decir se abre, se despliega y se cierra en sí misma. Esto hace necesario que el director sea poseedor de todos y cada uno de los detalles, datos y rastros que le permitan precisamente llevar tal tarea, es decir concretar y materializar la historia; el virtuoso paso del papel a la pantalla.


El director de un film es la cabeza principal y por más que se rodee de buenos asesores o asistentes, será él quien decida que imagen queda, que línea de diálogo se quita, que elemento de la escenografía se mantiene o cual se reemplaza, ya que en ello se juega su opción creativa y el resultado final, entendiendo que esto no es un mero afán egocéntrico, sino porque, en la práctica, es él quien tendrá que solucionar imprevistos e incluso, responder por el trabajo realizado, ya sea ante una compañía, un auspiciador, ante la prensa especializada o frente al público.


Por lo tanto, no es extraño que muchos directores además sean productores y guionistas, tal vez no el único guionista del film, pero sí, secundado por –al menos- una persona de participación gravitante en la escritura del libro (guión literario).


Partimos de la base del trabajo en equipo.


Resulta inconcebible que el director reciba órdenes o imposiciones de otros miembros del equipo para que realice su tarea, por algo es denominado como tal, es decir, el camino de la obra audiovisual va en su dirección (y responsabilidad).


Este punto es particularmente sensible, ya que existen directores que aceptan sugerencias, no sólo del equipo técnico, sino también de los actores al momento de rodar, sugerencias que incluso modifican elementos relevantes del guión. En tal caso se puede ver un estilo del director de utilizar la improvisación para solucionar algunos problemas que se presentan en el rodaje o sencillamente para aprovechar la creatividad del equipo de gente que lo rodea.


Pero esto último, muchas veces es un simulacro de artista para ocultar no haber tenido claro el guión desde un comienzo, hecho generalmente disfrazado con el “equipo”. La tesis del equipo-guionista, o que la historia se escribe sola, puede resultar, en especial para aquellos directores que no trabajan previamente en un guión, sea por intuición, opción artística o ideológica, desgano, incapacidad, o simplemente por considerarlo, muy respetablemente, poco relevante.


Pero el director es más que un jefe de un equipo creativo, es más que un tomador de decisiones, es, en esencia, un creador, un realizador y un artista (o artesano para algunos). Y es precisamente ahí donde el director se juega “la vida” con su Propuesta, ya que con ella se comienza a delinear lo que será la realización de la película y con lo que comenzará a nutrirse, con ella se elegirán los escenarios, los actores, los vestuarios y los elementos de arte en general. Elementos que serán encargados y trabajados por otras personas como los productores y directores de áreas (arte, fotografía, dirección actoral, etc.) Esa es la labor en que los directores se diferencian.


Pero es necesario también abrir un término tal vez poco tratado, este es el rol de intérprete del director.


EL INTÉRPRETE

Hasta ahora hemos visto al director como el principal encargado de la obra audiovisual, en este caso de la película de largometraje, donde tiene mucho sentido (y es necesario) que quien dirige se haga cargo de toda la historia, que tome el guión en sus manos y lo levante al nivel de película, pero… ¿Qué pasa en una serie de televisión? Donde cada episodio es, en términos del trabajo, una especie de largometraje, pero, argumentalmente, a la espera del desarrollo del siguiente episodio.


La respuesta da para varias rondas de opciones, podríamos ver el caso de Alfred Hitchcok, donde como director, era quien llevaba los proyectos adelante, y en el caso de la serie de televisión era él quien se rodeaba de técnicos, guionistas y actores que iban rotando y trabajando en función de lo que él planteaba y pedía. Pero el caso de Hitchcok, de quien se debe aprender muchísimo, no me resulta del todo paradigmático, ya que él es una especie de genio, una excepción... ¿acaso alguien hoy se las da de Hitchcok y encara el trabajo como él?, él dirigía cada capítulo de la series, cosa que hoy no se estila, de hecho lo que se hace es contar con diferentes directores para cada episodio de las distintas series que vemos cotidianamente.


Alguna opinión suspicaz podría verterse en cuanto que la rotación de directores en una serie se debe sencillamente a la rapidez de la producción por un asunto comercial, para rentabilizar la serie-producto, pero esa alusión capitalista-optimista es una petición de principios, e incluso inconsecuente, porque eso sería pensar, por ejemplo, que la obra de Hitchcok no era comercial[2].


En tal sentido considero que el carácter comercial de una película o serie no se mide simplemente por su forma, metodología o estructura, sino fundamentalmente por su contenido, independientemente de si logra el éxito comercial o no, ese es otro tema. Por ejemplo dos películas pueden compartir la estructura elemental de Protagonista versus Antagonista, sin embargo una puede ser propia del cine arte y la otra, una película para promocionar por un verano a una cantante juvenil de moda.


Sería ridículo pensar que el resultado de un Focus Group hizo a un geniecillo escribir El Quijote producto de cálculos económicos para las editoriales de nuestros días.


El hecho creativo sigue siendo cinematográfico en la serie y en la película, así como en la novela. En las serie de televisión la función del director se divide en dos, dividiendo también la realización.


En el caso de la serie Twin Peaks, los creadores son David Lynch y Mark Frost, pero para poder realizar esta serie, ambos no sólo escribieron, sino que también se hicieron responsables de ese proyecto y fueron sus productores, pero como la obra no se les tenía que ir de las manos dirigieron el primer episodio y el último, además de algunos otros. Sin embargo hubo muchos capítulos que no fueron dirigidos ni por Lynch ni por Frost, entonces ¿Qué pasó en esos capítulos?... Fueron dirigidos por otras personas, pero la directriz estaba identificada desde antes por la dupla. Hubo que ceñirse al trabajo previo, al arte, a la fotografía, al tipo de encuadre y a la dirección actoral ya demarcada por Lynch y Frost.


Alguien se nos podría adelantar y decir, o al menos pensar, que los directores que secundaron a Lynch y Frost entraron al set con las manos cortadas, con mordaza, sin poder crear, ni hacer modificaciones… Pero eso sería exagerado.


Es ahí donde juega la capacidad, la preparación y la claridad del director, del buen director, así como el músico que saca de oído la composición de otro autor, el director de episodio interpreta el guión, las carpetas de arte y todo cuanto el equipo responsable haya conseguido para el desarrollo de la serie, sin salirse de lo “identitario” que le es propio, de lo contrario el “aporte” subjetivo, de cada nuevo director de episodio se transforma potencialmente en un defecto, en una intervención o intromisión peligrosa para la integridad de la obra.


Es por ello que no es un tema menor elegir a los directores que se harán cargo de los episodios de la serie, así como para ellos aceptar incorporarse a dirigir, pues si no se identifican en algún punto con lo que están dirigiendo buscarán por distintos medios la introducción de elementos personales para compensar tal ausencia de identificación, siendo esto fatal para la identidad de la serie y para la comodidad del trabajo de todos en el equipo, sobretodo de el director que no se logra adaptar.


Otro elemento que no es baladí, es el carácter Episódico de la serie. Acá hay una diferencia importante con el trabajo de un largometraje, el cual ya hemos caracterizado como mayoritariamente auto concluyente.


En las series se manejan, en general, dos formas de tratamiento en los episodios, el final abierto y el final conclusivo. El final abierto va hilando un episodio con el inmediatamente siguiente, como es el caso de la serie Twin Peaks. El final conclusivo lo podemos ver -por ejemplo- en X Files, donde el capítulo cierra una historia abierta en esa misma entrega, manteniendo abierto su tema principal y el desarrollo biográfico de los personajes, lo cual se va desplegando episodio a episodio.


Otro ejemplo más de conclusivos son CSI y también las comedias de situaciones, pero que nunca son del todo finales cerrados, ya que lo que se cierra, son los sucesos propios de la “jornada” que viven los personajes, pero la historia, las motivaciones de los personajes, etc. siguen en progreso.


Los casos de serie que cierran sus temas en el mismo episodio y no vuelven a retomar ni la historia ni a los personajes, son series como La dimensión desconocida y la serie de Hitchcok, o series testimoniales como La vida es una canción, Historias de Eva, entre otras, pero siempre hay elementos que pueden abrirse y retomarse, generando cierta continuidad, de hecho en ese tipo de series existe al menos una continuidad temática.


Y es claro. La serie por definición es una colección de historias y personajes unida por un primer principio desarrollado de forma episódica.


EL GUIÓN SE DEFIENDE SOLO

En los desarrollos seriales resulta aún más evidente que el guión se defiende sólo.

Siempre y cuando el trabajo del guión corresponda al estudio de los personajes y la historia, a la claridad de lo que se quiere decir con cada escena y con cada línea de diálogo desde el principio hasta el final de la serie, a lo que se quiere decir con cada episodio, en tal sentido, el guión es una obra coherente, lo que no quiere decir totalmente cerrada, ya que siempre hay situaciones que sobrepasan la planificación que deben ser resueltas en un guión, como por ejemplo que falle definitivamente una locación importante o que un actor se enferme en pleno rodaje y los guionistas deban echar mano a todos sus recursos.


Con lo anterior, ¿es pensable que el guión se imponga ante tal o cual mirada de un director?, ¿resulta acaso posible que un director se acople a (o sobre) un trabajo resueltamente existente y delineado? Nosotros sostenemos que sí.


Pero esto abre una gran pregunta: ¿Qué libertad tiene el director en ese caso?... la respuesta es: Toda. El guión no es una cárcel, ni los guionistas, policías. El primer acto de libertad del director es elegir voluntariamente llevar a cabo la historia, o parte de ella (episodio), elección basada generalmente en su gusto personal por el tema, estilo y/o personajes.


Pero esta premisa puede sonar un tanto retórica, puede parecer a algo así como “elegir la esclavitud”, por lo que para no caer en ese doble juego, se aclara que la libertad es completa, en términos que el director utiliza los elementos existentes según su estilo y sensibilidad; los planos y encuadres, los énfasis en todas las actuaciones y los juegos fotográficos con la escenografía, arte y vestuario, el ritmo de las escenas en el montaje y post producción pasan por sus ojos y el decide (y discierne) sobre su aplicación pensando precisamente en el resultado final de su trabajo: Un episodio, en el contexto de una serie de muchos más.


EL CASO DE CIELO BLANCO

Cielo blanco es una serie de 12 episodios escrito por 4 guionistas, que por necesidad se han convertido también en productores y responsables de tal proyecto, ninguno de ellos es director, de así serlo ni duda cabe que hubiesen sido los encargados de dirigir el Episodio I y el Episodio XII de Cielo blanco, (inicial y final) para con ello dar las pautas estéticas, fílmicas y rítmicas para los directores sucesivos, que por razones de buen funcionamiento, no serán necesariamente, los mismos capítulo a capítulo. Y también, para cerrar la serie de manera similar a como empezó y hacerlo sacando muchos de aquellos secretos mantenidos hasta la última entrega por los guionistas en sus reservas con el fin de dar a la serie un final de alto nivel dramático y con carga emotiva poniendo especial hincapié en los elementos sorpresivos del relato.


Es síntesis, con el guión, el trabajo de preproducción y la conformación del equipo técnico y actoral a la base, el director llega a ser un aporte, llega a ser los ojos que ven lo que no ven los otros que ya han estado pensando, escribiendo y elaborando tal proyecto.





[1] Poeta generalmente vanguardista y rupturista de los códigos tradicionales y que sigue sus propios designios y visiones disidentes e intranzables con una vida tortuosa, trayéndole esto por consecuencia la vida precaria e incluso su propia muerte.

[2] No olvidemos la “genial” frase de Alfred Hitchcok: “los actores son ganado”.






2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bueno que tengas blog , es facil , es gratis y bonito ? , creo ..y definitivamente ustedes como grupo creativo pueden hacer un aporte , yo con mi blog no creo que aporte mucho pero me descargo que ni te cuento , saludos , ke estes bien ..( No pude encontrar Malena con subtitulos , fui muy egoista porque ya la habia visto y me acordaba de lo que decian ....jejeje , el resto que se las arregle con el italiano ...)

Unknown dijo...

que bien jaime...somos similares..la producción del espacio social...claro que fuimos y somos un aporte...antes de cualquier blog...tampoco yo me detengo...y creo en lo que estamos haciendo...

abrazos fuertes a todos los que vean nuestros trabajos

karina garcía albadiz
www.grupocasaazul.blogspot.com

Cortometraje de Manuel Aguirre - DEFACE

Rodaje de la Serie TV Cielo Blanco escrita por RECREO GUIONISTAS

Se han comenzado a rodar las primeras escenas de la serie tv Cielo Blanco escrita por la agrupación de la región de Valparaíso Recreo Guionistas y dirigida por José Szlam.Más sobre la serie: Claudia Muñoz (Katty kowaleczko), médico y directora de una fundación infantil, se enfrenta a una enfermedad que afecta a los niños, provocada por un virus creado y dispersado selectivamente por El Misterioso Hombre del Juego, un médico bioquímico, obsesionado por reivindicar una antigua cultura (mitología de la serie).Esta es una de las tantas historias entrecruzadas que tiene la trama de Cielo Blanco, que busca abrirse paso como la primera serie de ciencia ficción en los 50 años de televisión chilena.

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